Durante la Navidad es
posible mantener una buena alimentación y disfrutar de ella, es un tiempo en el que se suceden
celebraciones, almuerzos y cenas con familiares, amigos, compañeros de trabajo…
Cierto es que la alimentación tiene otras funciones además de nutrirnos, por
ejemplo la de celebrar. En nuestra cultura celebración y alimentos van
fuertemente unidos pero no debemos olvidarnos de la salud y la dieta saludable.
Salud y prevención van ligados. La salud se cuida, se guía y se
mima, y esto es una labor de hormiguita hacendosa. La salud precisa que tomemos
conciencia de ella a diario. No es algo de lo que debamos tomar conciencia
únicamente tras las fiestas navideñas ¿o sí os pasa esto? Si es tras los
resultados del análisis de sangre cuando nos encontramos con que las cifras de
glucosa, colesterol o triglicéridos, están por las nubes o cuando tratamos de
cerrarnos los vaqueros, es que algo ha marchado mal en nuestros hábitos de
vida. Nos hemos olvidado de la prevención.
Es una
realidad constatable en la práctica clínica: mediante la prevención y planificación de nuestra alimentación evitamos
tras la Navidad secuelas en nuestro peso, digestiones, piel, sistema
cardiovascular, obesidad, embarazo, diabetes, celiaquía…
Comer es un
placer, lo digo siempre, y además es plenamente compatible con platos sanos,
preparados con esmero y con preparaciones culinarias sanas. En nuestras manos
está la elección de alimentos y bebidas saludables para nuestro organismo con
un toque de fiesta. La gastronomía es un arte que nos puede guiar hacia la
salud, debemos usarla para ello.
Debemos
repetirnos que una alimentación
saludable en Navidad si es posible. Está en nuestras manos seguir los
consejos que los profesionales sanitarios nos dan y seleccionar recetas en las
que verduras, frutas, productos desnatados, cereales integrales, agua, pescado,
aceite de oliva con moderación… están presentes.
Os dejo
algunas recomendaciones alimentarias para Navidad:
- Desayuna siempre. No trates de “arreglar” lo que vas a tomar, en esa comida o cena, ayunando. Lo único que puedes conseguir es llegar con más apetito, comer más rápido y mayor cantidad.
- Si se trata de celebrar en la cena, procura un almuerzo ligero y saciante, cargado de fibra y vitaminas. Genial si es una buena ensalada, con verduras y frutas, aliñada con una moderada cantidad de aceite de oliva virgen extra. De segundo podrías platear un pescado a la plancha, fácil de digerir. A media tarde toma una pieza de fruta.
- Si se tratara de una celebración para almorzar, a media mañana toma una fruta. No queremos llegar con apetito.
- Si los platos los vas a preparar en casa, calcula según el número de comensales para que no sobre comida pues esto anima a comer, “no queremos que sobre” y los desastres vienen después… No piques mientras preparas los platos. Trata de prepararlos al horno, sin salsas y con guarniciones abundantes de verduras. Las puedes adornar con toques festivos y son saciantes, ricas en vitaminas y minerales, antioxidantes, además ayudan a regular el tránsito del intestino en estas fechas, sin olvidar el efecto positivo sobre el control de las cifras de tensión arterial, glucosa, colesterol...
- Durante la celebración, mastica despacio, no elijas raciones grandes, huye de salsas, fritos, y embutidos en exceso.
- Si hubiese ensaladas y verduras, éstas han de ocupar la mayor parte de tu plato.
- Las bebidas gaseosas nos producen gases y flatulencias, si son la única elección, con moderación.
- En cuanto a otro tipo de bebidas, el vino es adecuado pero con muchísima moderación. Tenemos que recordar que es una bebida alcohólica y además un gramo de alcohol son 7 kilocalorías. No es necesario beber una botella de vino entera para disfrutarlo. Quítate la sed con agua.
- De postre, será difícil escapar a los dulces, pero si hubiese fruta en su jugo, al natural o incluso en almíbar, sería estupendo. En Navidad es típico que tomemos turrones, alfajores, mantecados… recuerda que están buenísimos y que hay que degustarlos en la boca lentamente, de este modo te saciarás antes y evitarás comer mucho pues son ricos en azúcar y grasa.
- Por último recordad que ¡no es nuestra última comida, o cena, o celebración! No tenemos que terminarlo todo en ese momento… Otro día seguro que podremos volver a tomar estos manjares, así que platos pequeños. Siempre acompañar de ejercicio, una buena caminata es estupenda y si tenemos la suerte de poder ir al campo o a la playa, la disfrutaremos muchísimo.
Todos estos
consejos hay que adaptarlos a vuestra situación concreta. Si somos hipertensos,
tenemos el colesterol, los triglicéridos, el ácido úrico altos, si somos
diabéticos, si estamos embarazadas… No nos podemos olvidar de los consejos de
los médicos especialistas, las enfermeras, los dietistas-nutricionistas y las matronas pues cuidan nuestra salud
día a día. Cada uno de vosotros tenéis una situación particular, ese es el
punto de partida para cuidarse.
Recordad,
comer es un placer y no ha de estar reñido con la salud.
¡Qué paséis
unas felices y saludables fiestas navideñas! ¡Qué el 2014 venga cargado de
salud para todos!
Ana Márquez Guerrero
Diplomada en Nutrición Humana y
Dietética
Diplomada en Enfermería
Licenciada en Antropología (Salud y
Enfermedad)
FacebookCentro Mi Matrona
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