Nos interesa fijarnos en la termogénesis. Y es
que con ella nos referimos a la energía consumida y empleada en la digestión,
absorción, distribución, excreción y almacenamiento de los nutrientes y también
destinada a la producción de calor por la denominada grasa parda, dependiente
de la nutrición.
En una dieta en la que consumimos alimentos con hidratos
de carbono, proteínas, y grasas , la termogénesis inducida por los alimentos ronda
el 10% del gasto energético total.
Se
comprueba en las consultas de nutrición, que las personas con normopeso, comen
con más frecuencia (unas 5 o 6 veces al día) mientras que las personas con
sobrepeso y obesidad, espacian las ingestas, saltándose muy frecuentemente el
desayuno. Ocurre también en estos dos últimos casos que aparecen conductas como
el picoteo.
Aún
a pesar de comer más número de veces al día, las personas con normopeso, no
aumentan la cantidad de alimentos y energía, sino que, ingieren la cantidad de
energía necesaria al día, pero distribuida a lo largo del día completo en 5 o 6
tomas.
Cuando
realizamos las historias dietéticas a las personas con sobrepeso u obesidad,
registramos pocas tomas, a veces quedan reducidas a 2 o a 1 diarias. Así y
todo, la cantidad de energía ingerida en ellas, es superior a la que necesitan
para bajar de peso o para mantenerlo, y están perdiendo un porcentaje empleado,
quemado, en la termogénesis.
¿Engorda o adelgaza comer más veces al día? Pues ni una cosa ni la
otra, realmente. Es el individuo quien engorda o adelgaza, y está claro que sus
hábitos dietéticos, su estilo de vida, su sedentarismo le va a influir de forma
importantísima.
¿Lo sano? En mi opinión, comer 5 o 6 veces al día, de
forma moderada y prudente, sin olvidar el placer en cada una de las ingestas y
recordando también la necesidad de incluir todo tipo de alimentos en nuestra
dieta diaria.
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