Al acercase la primavera y el verano comienzan a aparecer en revistas y
medios de comunicación, dietas y productos presentados como soluciones
milagrosas ante los kilos de más. Llaman la atención pues el reclamo empleado
es que el uso de un cierto producto dietético, o de la dieta, no conllevan ni
esfuerzo, ni sacrificios, ni hambre… y que la pérdida de peso prometida es
rápida.
Estas falsas promesas son vendidas con un descarado ánimo de lucro sin
escrúpulos y para nada conduce a una reeducación en hábitos alimentarios y
estilos de vida saludables. No son compatibles con la salud.
Desde el punto de vista de la nutrición no existe un equilibrio ni una
variedad alimentaria que nos garantice los nutrientes que necesitamos. A menudo
no se llega a alcanzar ni la energía suficiente para perder peso de modo
saludable y en consecuencia ni los nutrientes energéticos ni los no energéticos
están garantizados. Si ocurre la pérdida de peso, ésta puede estar causada por
mecanismos compensatorios que originan una pérdida de masa muscular y agua, que
no interesa a la salud. Un profesional acreditado para ello en nuestro país, no
confecciona para sus pacientes un tratamiento dietético-nutricional que le haga
perder la salud, a la par que los kilos.
Estas dietas producen situaciones de riesgo real para la salud como:
* Un mayor efecto rebote o yo-yó pues el ayuno desordenado y desmedido
produce una
disminución en el gasto energético del organismo que trata
de protegerse ante estas
situaciones que le sobrevienen.
* Riesgo de complicaciones metabólicas, como hipoglucemias,
enfermedades tiroideas…
* Descompensaciones
nutricionales por déficit o exceso de proteínas,
grasas, vitaminas y minerales.
* Pueden
ser el punto de arranque para trastornos del comportamiento
alimentario como anorexia
y bulimia.
¿Son la desesperación y el desconocimiento de los pacientes tan
grandes que “todo vale”? ¿Es el ánimo de lucro tan repugnante que “no importa
el paciente”?
Pues desde aquí
reivindico para perder peso, si se necesita, la dieta hipocalórica variada, equilibrada, sabrosa, divertida, placentera, que
mantiene la salud, se adapta a nuestro estilo de vida y que es realista con
nuestras necesidades y objetivos.
Es muy importante que se
mantenga el reparto equilibrado de nutrientes aportados por los distintos
grupos de alimentos, y por tanto, ofreciendo una gran variedad de los mismos en
una dieta planificada para perder peso. Sólo un profesional con experiencia
clínica, formación científica y universitaria, puede prescribir una dieta
adecuada para tratar la obesidad a corto, medio y largo plazo, así como
prevenir la aparición de efectos secundarios o enfermedades asociadas.
Ejemplos de “Dietas
Milagro”
y sencilla clasificación como nos indica la Agencia Española de Seguridad
Alimentaria y Nutrición:
1. Dietas excluyentes que ensalzan un nutriente en
detrimento de otros. El resultado son dietas:
- Ricas en hidratos de carbono, sin
lípidos ni proteínas, como la del Dr. Prittikin y la dieta del Dr. Haas.
- Ricas en proteínas, sin hidratos
de carbono: de Scardale, de los Astronautas, de Hollywood y la dieta de la
Proteína Líquida. En este grupo también se incluiría
- la Dukan. Producen una sobrecarga
renal y hepática muy importante.
- Ricas en grasa o dietas
cetogénicas: de Atkins, de Lutz. Muy peligrosas para la salud, y producen
graves alteraciones en el metabolismo (acidosis, cetosis, aumento de
colesterol sanguíneo, etc.).
2. Dietas disociadas que establecen que los alimentos “no
engordan” sino que esto ocurre sólo al consumirse según determinadas
combinaciones. No limitan la ingesta de alimentos energéticos, ni educa en su
uso en la dieta. Así están incluidos en este tipo la dieta de Hay o Disociada, el
régimen de Shelton, la dieta Hollywood, dieta de Montignac, Antidieta, etc.
3. Dietas hipocalóricas desequilibradas que son monótonas, con
déficit en nutrientes, con una disminución drástica de la ingesta energética que
provoca en el organismo una disminución del gasto energético por adaptación
metabólica y un tremendo efecto rebote al finalizarlas. Algunos ejemplos son la
dieta de la Clínica Mayo, dieta “toma la mitad”, “Gourmet”, dieta Cero.
Algunos indicativos de que nuestra dieta no
es un “milagro” sino fruto del trabajo del profesional experto que cuida de
nuestra salud:
El especialista
al que he acudido en consulta me ha preparado un plan dietético nutricional en
el que se cumplen sistemáticamente estos principios:
·
Tomo todos los grupos de alimentos, cada uno en
un porcentaje en equilibrio. Mis alimentos, los platos y su forma de
prepararlos son variados.
·
No se me ha excluido ningún alimento por
criterios que dicotomizan en “buenos- malos” o “engordan-adelgazan”. No se ha
prohibido, no se han resaltado mezclas o separaciones de alimentos con
criterios de “engordar-adelgazar”.
·
No aparecen síntomas como cansancio, fatiga,
debilidad, mareos, caída de pelo, fragilidad en uñas, nauseas matutinas, mal
sabor de boca, mal aliento, inapetencia, mucha sed, no me siento triste,
deprimida o apática.
·
Mi dieta tiene las suficientes calorías para
perder entre 500-1000 gramos de peso procedente de masa grasa, semanalmente, y
me siento sana y fuerte.
·
El ejercicio físico me ayuda a tonificar los
músculos, y por eso me lo ha recomendado mi especialista.
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